Exposición de obra gráfica “Del Capricho al Disparate, obra Gráfica de Salvador Dalí”. Desde el 8 de Febrero de 2011 al 8 de Mayo de 2011.
Museo para la Identidad Nacional (MIN)
Barrio abajo, Calle El Telégrafo, Avenida Miguel Paz Barahona, Antiguo Palacio de los Ministerios
Tegucigalpa, M.D.C. Honduras
Teléfono: + (504) 238-7412 \ 7395
Fax: +(504) 238-8747
Reseña: DALÍ, transformando en surrealistas los Caprichos no hace otra cosa que convertirlos
en Disparates, operación que Goya habría realizado previamente al construir sus Disparates a partir de la acumulación de elementos heredados de su repertorio gráfico, dejándolos desprovistos de su sentido historial al igual que Dalí hace con sus Caprichos. El interés por Dalí bastaría pata exhibir esta serie, pero es que además aporta nuevos e importantes datos sobre Goya como antecedente pictórico del surrealismo.
La intervención de Dalí no puede entenderse sin revisar la obra de LOS DISPARATES de Goya, de la cual, según nuestra hipótesis, extrae los recursos y elementos que junto con los propios se integran en las escenas de los caprichos convirtiéndolos en disparates.
Dalí nos presenta sincrónicamente capricho y disparate en cada lámina: la crítica social del capricho integrada en el mundo zúrrela del sueño de la razón, del disparate goyesco-daliniano.
Si no cabe duda que la serie de los caprichos de Goya realizada por Dalí es realmente sorprendente no es menos cierto que por poco que ahondemos en su obra, Goya AÚN SORPRENDE.
GOYA, en la series Los Caprichos y Los Desastres de la Guerra, con sus imágenes grotescas y monstruosas, representa la sinrazón, la estupidez y los vicios humanos. Posteriormente, en Los Disparates, Goya libera su inconsciente donde los monstruos surgen como pesadillas, como expresión de la degeneración y muerte de la humanidad.
Los Disparates son un volcán que escupe monstruos, el último vómito de un Goya decepcionado por la humanidad.
El surrealismo surge de Goya como una proyección disparatada de las preocupaciones que antes representó en escenas de la vida. Ahora emanan del gesto, del boceto automático, del SUEÑO que libera el subconsciente, del delirio paranóico que proyecta libremente, instintiva y automáticamente la expresión de sus obsesiones.
Tal vez estas coincidencias con el surrealismo posterior y especialmente con la obra de Dalí, llevaron a éste a realizar su trabajo sobre los caprichos y formalmente realizó una obra soberbia, integrando su universo surreal en perfecta armonía con las escenas de los caprichos goyescos.
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