Exposición de obra gráfica “Bajo la Cama” de Javiera Moreira Mayr. Del 5 de septiembre de 2012 al 2 de octubre de 2012.
Galeria de Arte
Blanc
Avenida Vitacura 4363. Vitacura
7630338 Santiago, Chile
Teléfono: (56 2) 321 3079.
Avenida Vitacura 4363. Vitacura
7630338 Santiago, Chile
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Reseña: Javiera
Moreira nos sorprenderá con una importante selección de sus obras más
recientes; en las cuales transfiere sus vivencias y las múltiples experiencias
adquiridas a través de más de veinte años dedicada a la docencia; las cuales
han marcado significativamente su vida y la de grabadora innata.
El grabado le ha permitido, traspasar sensaciones, curar heridas y plasmar su constante catarsis con la naturaleza y los sentimientos del hombre. A través de la síntesis y de una firme línea sobre la plancha -con la austeridad y limpieza que la caracteriza- hoy aborda las figuras en blanco y negro con la incorporación de color a través de la mancha “controlada” de la aguatinta en la serie “Bajo de la mesa” (112 x76 cms); con sillas y mesas ligadas a la rigurosidad académica; y mesas que también son sillas sobre un negro intenso o en la oscuridad del vacío.
Por el contrario la aplicación del color en las monotipias de la serie “Bajo la Cama” (70 x 50 cms.) son más sueltas y espontáneas; las cuales otorgan las sensaciones de cobijo y recogimiento. Son las escenas de dormitorios, su cama, las copas sobre la mesa, sillones y cartas las que nos muestran sus más íntimas vivencias: un verdadero registro visual de su vida.
Su constante diálogo con el grabado le permite transmitir atmósferas, sentimientos, juegos de luces y sombras; todas éstas por medio de ácidos, barnices y el desgaste de la plancha -con la impronta personal de su reconocido trabajo como grabadora- para crear mundos biográficos y de fantasías.
Sobre la exposición Rafael Munita Z. nos comenta: “Mesas y sillas con una línea de horizonte a los 90 centímetros, probablemente signifique el punto de vista de la niñez... Caracterizándose ella misma en el objeto silla desde donde acoge confortablemente el cuerpo físico de los demás en acciones de compartir y establecer vínculos entre los elementos.
El grabado le ha permitido, traspasar sensaciones, curar heridas y plasmar su constante catarsis con la naturaleza y los sentimientos del hombre. A través de la síntesis y de una firme línea sobre la plancha -con la austeridad y limpieza que la caracteriza- hoy aborda las figuras en blanco y negro con la incorporación de color a través de la mancha “controlada” de la aguatinta en la serie “Bajo de la mesa” (112 x76 cms); con sillas y mesas ligadas a la rigurosidad académica; y mesas que también son sillas sobre un negro intenso o en la oscuridad del vacío.
Por el contrario la aplicación del color en las monotipias de la serie “Bajo la Cama” (70 x 50 cms.) son más sueltas y espontáneas; las cuales otorgan las sensaciones de cobijo y recogimiento. Son las escenas de dormitorios, su cama, las copas sobre la mesa, sillones y cartas las que nos muestran sus más íntimas vivencias: un verdadero registro visual de su vida.
Su constante diálogo con el grabado le permite transmitir atmósferas, sentimientos, juegos de luces y sombras; todas éstas por medio de ácidos, barnices y el desgaste de la plancha -con la impronta personal de su reconocido trabajo como grabadora- para crear mundos biográficos y de fantasías.
Sobre la exposición Rafael Munita Z. nos comenta: “Mesas y sillas con una línea de horizonte a los 90 centímetros, probablemente signifique el punto de vista de la niñez... Caracterizándose ella misma en el objeto silla desde donde acoge confortablemente el cuerpo físico de los demás en acciones de compartir y establecer vínculos entre los elementos.
El uso del color, en complicidad con el tratamiento de las
sombras, hacen que el protagonismo de la silla no sea desmedido y se ubique en
armónica correspondencia con la mesa- techo que protege las
composiciones. En concordancia a lo anterior, el tratamiento esencial de
la imagen, nos despeja el camino para vivenciar su especial punto de vista y
experimentar la emoción cristalina de un tiempo fundacional que se manifiesta
sano y en paz pero a la vez, inquieto y juguetón.
Siempre se agradece y son bienvenidas las experiencias
compartidas, como ésta de Javiera Moreira, donde se estimule una esencial
armonía que favorezca la pureza en los procesos de creación y uno puede dejarse
llevar sin temor de ser engañado por dudosas intenciones”.
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