Exposición de grabado y obra gráfica

Exposición de obra gráfica de Carlos Armiño. Del 6 de octubre de 2011 al 30 de octubre de 2011.

Sala de Exposiciones del Monasterio de San Juan.
Plaza San Juan s/n
09004 Burgos
Tlfn 947-205687

Reseña: Después de cuatro décadas de escultura, Carlos Armiño ha decidido retomar la técnica del grabado que ya practicó hace veinte años aunque nunca había mostrado en público. «Era una promesa -añade-. Un compromiso de antaño, una forma de recuperar el trabajo que inicié con las primeras planchas. Eran grabados casi escultóricos que realicé con resina y sentía que era una brecha abierta que debía retomar».
El resultado lo presenta a partir del viernes en el Monasterio de San Juan por medio de cuarenta piezas en las que elige la naturaleza como base de construcción, tema que por otro lado siempre ha estado presente en su obra. En lugar de manchas, Armiño recrea las formas de plantas, árboles y arbustos que le resultan atractivas y con las que consigue dar cierto ritmo al grabado. Son las huellas de un bosque misterioso, evocaciones personales de los aromas y colores del campo. «Por lo menos hay 20 ó 30 especies que se pueden reconocer si sabes de botánica. Y en algunos de esos paisajes incorporo formas de fantasía que, a veces, son bocetos de esculturas», explica el autor.
Su obra gráfica responde a un año de trabajo e investigación en el que ha contado con el apoyo de la pintora Raia: «Llevo doce meses viendo y recogiendo plantas, dándole vueltas en el taller, luchando por conseguir una técnica apropiada para fabricar las planchas, con aciertos y frustraciones para alcanzar la técnica de trabajo que más se funde con mi carácter».
Pese a los nervios del estreno, Carlos Armiño se siente satisfecho porque considera que es una nueva dimensión de su obra, porque la esencia de su trabajo, su modo de concebir la naturaleza y los trazos curvos o geométricos de su estilo siguen estando presentes.
Está incluso el misterio con el que siempre envuelve sus piezas, ese lenguaje universal que busca la fusión con el espectador, que donde el artista concluye quede una porción inexplicable para que los ojos que lo miran por primera vez lo interpreten sin prejuicios.