Exposición de obra gráfica “Rembrandt: Impresiones de un genio”. Del 9 de marzo de 2012 al 26 de abril de 2012.
Corporación Cultural de Las Condes. Segundo piso
Avda. Apoquindo 6570
Teléfono: 562 8969800
Horario: Martes a domingo, 10:30 a 19:00 horas
Reseña: Las obras pertenecen a la colección italiana de Elisa Moretti, Elisabetta y Francesco Dal Bosco.
En su conjunto, demuestran la versatilidad de técnicas que Rembrandt aplicaba a su trabajo. Su dominio de la herramienta típica del grabado, el buril, lo llevaron a ser uno de los artistas más aplaudidos.
Como pintor también se destacó. Estudió arte con su homólogo holandés Pieter Lastman, y admiró el barroco europeo. Rembrandt era arrojado: trabajaba directamente sobre el barniz sin bocetos previos. Y para probar las texturas y la luz que imprimiría a sus cuadros, jugaba antes, con distintos papeles de colores e incluso llegó a utilizar a sus padres como modelos.
Para la curadora de la muestra que llega a Chile, la historiadora del arte Rosa Perales, "esta exposición permite admirar una selección de grabados de Rembrandt y conocer así la metodología de trabajo del artista holandés, quien supo captar como nadie la luz y la oscuridad, siendo inigualable en sus dibujos y aguafuertes".
La técnica de los aguafuertes fue la que llevó a Rembrandt al reconocimiento internacional. Sus paisajes, retratos y autorretratos, siempre reflejaban escenas cotidianas y desnudos de personas con expresiones apagadas.
Esa atmósfera taciturna con la que también habría lidiado Rembrandt en vida, pudo ser la causa de su final en 1669 en Amsterdam. Las respuestas sólo llegaron en 2007. Ese año, médicos israelíes, biógrafos y expertos en arte se sentaron a descifrar 40 autorretratos del grabador con el fin de descifrar la verdadera causa de su muerte.
La investigación arrojó que el pintor murió solo y arruinado, probablemente con depresión. Aunque otros creen que su fallecimiento se debió a una intoxicación crónica llamada saturnismo: frecuente entre los pintores por el plomo de los óleos. "El pintor persigue la línea y el color, pero su fin es la poesía", solía decir Rembrandt.
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