jueves, 13 de febrero de 2014

Exposición de grabado y obra gráfica



Exposición con obra gráfica 'Matisse. La esencia de la línea. Grabados 1900-1950'. Del 13 febrero de 2014 al 22 de marzo de 2014.

Galería Marlborough.
Orfila 5
28010 Madrid
Tel.: 34.91.319.1414
Fax: 34.91.308.4345
http://www.galeriamarlborough.com/
Horario: L-S 11:00 – 19:00

Reseña: Incluye una selección de más de 80 grabados que abarcan 50 años de la trayectoria artística de Henri Matisse (1869-1954).
La exposición realiza un recorrido por las distintas técnicas de grabado empleadas por el artista, tales como el aguafuerte, la punta seca, la xilografía, la litografía, el linóleo y el estarcido, ordenadas en cuatro secciones, atendiendo a la diversidad de técnicas y a temas como la poesía, la danza y la música. La visita comienza con un peculiar autorretrato a puntaseca, Henri Matisse Etching (1900-03), y continúa con dos desnudos de 1906: la xilografía Le grand Bois y la litografía Le grand nu.
En este primer apartado se puede disfrutar de una serie de grabados y puntas secas que fueron realizados en torno a la Primera Guerra Mundial, como Fanny de face (1914) y Loulou Masque-chapeau fleuri (1914-15), caracterizados por una extraordinaria simplicidad de la línea. Continuando en 1920 y 1930 con Tête penchée et bocal de poissons (1929) y Jeune femme le visage enfoui dans les bras (1929).
La exposición termina en los años 1940 y 50 con unas aguatintas de gruesas líneas con la temática de las cabezas, como es el caso de Visage de jeune femme (1948) y el vibrante colorido de la aguatinta Marie-José en robe jaune, una de las 20 pruebas a color de 1950.
En la segunda y tercera parte de la exposición indaga sobre el uso de la litografía y la relación entre la modelo y el espacio. Matisse comienza su carrera artística haciendo litografías, utilizando la cera litográfica sobre piedra o papel transfer para lograr imágenes de mayor riqueza y semejanza a sus dibujos. Su obra temprana Un accroupi, profil à la chevelure noire (1906) muestra el dominio de la litografía. Fue en 1920 cuando produce alguna de sus litografías más impresionantes y delicadas, que incluyen a la modelo en diferentes retratos o leyendo en diversos interiores.
Entre los retratos que se incluyen en estas dos partes destacan La capeline de paille d’Italie (1923) y Le renard blanc (1929), así como una serie de imágenes de la modelo leyendo, como la cuidadosamente detallada Interieur, la lectura (1925). Sin embargo fue el interés de Matisse por el exotismo y la sensualidad de las odaliscas, sentadas o reclinadas en interiores lujosamente decorados, lo que propició que empezara una de las etapas más significativas dentro de su obra gráfica.
En esta exposición se puede ver una importante selección de litografías sobre el tema de las odaliscas: Grande odalisque à la culotte bayadère (1925), Odalisque à la coupe de fruits (1925), Jeune Hindoue (1929), Orientale sur lit de repos, sol de carreaux rouges (1929), Odalisque, brasero et coupe de fruits (1929), Repos sur la banquette (1929) y La Persane (1929).
Finalmente, la cuarta parte de la muestra se centra en el tema de la danza, la poesía y la música. En 1920, Matisse trabaja junto con el empresario de ballet Serge Diaghilev diseñando escenarios y vestuarios para el Ballet Ruso, entablando amistad también con el coreógrafo y bailarín Léonide Massine. Esta amistad hizo que en 1927 creara la carpeta de litografías Dix danseuses para la Galerie d’Art Contemporain, de la que se muestran algunas litografías. También se puede ver La Danse (1935-36), un grabado a color editado por Lacourière basado en el primer diseño de un mural patrocinado por el coleccionista de Philadelphia Albert Barnes en 1932.
Matisse continúa su fascinación por la música popular, el circo y los viajes en una serie de obras a color con la técnica del estarcido para Jazz (1947). Posteriormente volvería a la poesía y concretamente a los poemas de Stéphane Mallarmé. Colaboró con el editor Albert Skira en 1920 para producir los grabados Livre d’artiste, Poésies de Stéphane Mallarmé. Para ello grabó líneas rápidas para expresar la idea de los poemas y, como dice McCully, invita al lector a “considerar la calidad de la línea teniendo en cuenta sus propios ritmos y asociaciones poéticas en relación con el acompañamiento del texto”.

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